La Gruta del Vecino – Parte 2 Donde la fe no se impone, sino que se siembra con amor.
Esta vez llegamos a otra grutita de los barrios La Gramilla y Balcón de la Ciudad, entre callejones de tierra y árboles florecidos, en el corazón de un barrio que late con esperanza. No hay carteles ni anuncios: hay miradas que se cruzan y señalan el camino. Ahí, en una esquina humilde, la Virgen del Valle descansa entre flores frescas, rosarios colgados y promesas escritas en papel.
Doña Diana, vecina de toda la vida, nos recibió con una sonrisa que abriga. Nos contó un testimonio de fé conmovedor. Todas las noches, caminaba hasta esa gruta aún sin terminar, encendía una vela y le pedía a la Virgencita que no se lo llevara.Los médicos dieron un diagnóstico muy fuerte . Difícil de asimilar. Pero no imposible de llevar a cabo. Un largo tratamiento terapéutico que aun se mantiene. Una escolarización integrada. Un deporte incluido y un mar de afectos y amor de familia que ayudaron a que Bautista. Motor de esta obra de fe. Hoy este en plena rehabilitación personal y social
Cada piedra tiene una historia, y cada historia tiene un milagro escondido.Hoy si Autismo es tratado con amor y Bautista con sus 13 años es un niño feliz
La Gruta del Vecino sigue su recorrido, recogiendo esos pequeños altares que el pueblo le construye a su fe. Son espacios que no figuran en ninguna guía turística, pero que transforman la vida de quienes los habitan. Porque donde hay devoción sincera, hay comunidad. Y donde hay comunidad, hay esperanza.
En cada vela, una lucha.
En cada flor, una gratitud.
En cada gruta, el alma de un barrio.La Gruta del Vecino
Una sección para reencontrarnos con lo esencial.
Seguimos caminando. Seguimos creyendo.
Ver menos