Gregg Popovich, uno de los entrenadores más emblemáticos en la historia del básquet mundial, anunció que deja su rol como director técnico principal de los San Antonio Spurs, la franquicia a la que condujo durante casi tres décadas. A los 76 años, y tras atravesar problemas de salud que limitaron su participación en la última temporada, Popovich decidió alejarse del costado técnico, aunque seguirá formando parte activa del equipo como presidente de la organización.
El anuncio fue realizado a través de un comunicado oficial en el que expresó: “Aunque mi amor y pasión por el juego permanecen, he decidido que es momento de dejar el cargo de entrenador principal”. La decisión no sorprende del todo: desde noviembre de 2024, cuando sufrió un derrame cerebral, su presencia al frente del plantel se había reducido a apenas cinco partidos, y desde entonces su recuperación lo mantuvo alejado del día a día del equipo.
Popovich deja un legado extraordinario: cinco campeonatos de la NBA (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014), tres premios al Entrenador del Año, una medalla de oro con la selección de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y el récord absoluto de más victorias en temporada regular con 1.422 partidos ganados. Además, en 2023 fue inducido al Salón de la Fama del Básquetbol.
Pero su impacto no se mide solo en títulos. Bajo su conducción, los Spurs se transformaron en una referencia mundial por su modelo de juego basado en la inteligencia colectiva, el respeto por el rival, el desarrollo de talentos y una ética de trabajo admirada incluso fuera del deporte. Con Popovich, pasaron figuras inolvidables como Tim Duncan, Tony Parker, Manu Ginóbili, David Robinson y más recientemente, Victor Wembanyama.
Ginóbili, uno de sus dirigidos más cercanos, no dudó al elogiarlo: “El mejor que ha habido”, afirmó el argentino, destacando no solo su capacidad como entrenador, sino también su influencia humana y formativa. Popovich supo construir vínculos sólidos con sus jugadores, fue un pionero en darle protagonismo a figuras internacionales y defendió con firmeza sus convicciones dentro y fuera de la cancha.
Su retiro del banco marca el cierre de una era dorada para los Spurs y para toda la NBA. Sin embargo, desde su nuevo rol como presidente, se espera que continúe aportando su visión estratégica para el desarrollo del equipo y la formación de nuevos talentos. Popovich deja la banca, pero su impronta seguirá marcando el rumbo de San Antonio por muchos años más.
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